«LO CIERTO ES QUE NO SE CAMINA NADA O SE CAMINA POCO Y MAL. SE CAMINA SIN VER, SIN CONTEMPLAR, SIN ABANDONARSE AL PASEO», CONSTATA EDGARDO SCOTT AL INICIO DE ESTE SUGERENTE ENSAYO. EN LA ERA DEL AUTOMÓVIL, DEL FOOTING Y DE LAS PANTALLAS, EL ARTE DE CAMINAR PARECE EN PELIGRO DE EXTINCIÓN. PUES CAMINAR ES ÙPUEDE SERÙ ALGO MÁS QUE DESPLAZARSE A PIE, DAR UN PASO TRAS OTRO, EJERCITAR LAS PIERNAS POR PRESCRIPCIÓN MÉDICA. COMO ATESTIGUA UNA LARGA TRADICIÓN DE ESCRITORES, PENSADORES Y ARTISTAS A LOS QUE SCOTT CONVOCA, HOMENAJEA Y SIGUE EN ESTAS PÁGINAS LLENAS DE ASOCIACIONES CANÓNICAS E IMPREVISTAS ÙDE SAN IGNACIO DE LOYOLA A DAMON ALBARN, PASANDO POR BAUDELAIRE, R. L. STEVENSON, BORGES, MACHADO Y ROSA CHACELÙ, CAMINAR ES UNA FORMA DE MEDITACIÓN ESTÉTICA Y FILOSÓFICA, DE IMAGINACIÓN LITERARIA Y POLÍTICA; UNA FORMA DE ESCRITURA Y DE LECTURA EN MOVIMIENTO QUE NOS AYUDA A DESCIFRAR EL MUNDO QUE NOS RODEA Y TAMBIÉN A NOSOTROS MISMOS.O SE LLEGA A NINGUNA PARTE. TIENEN QUE ACEPTAR QUE LO INCONSCIENTE APORTA ALGO, Y DE USTEDES DEPENDE QUE ENTIENDAN SU LENGUAJE, EL DE LO INCONSCIENTE. NO ES EL LENGUAJE QUE USAN US