Denisa tenía 17 años cuando rompió con su novio en 2018, tras un año de relaciones, y empezó a convivir con otro joven. Sin embargo, se vio envuelta en un extraño triángulo amoroso del que formaban parte su expareja, Mario, y la nueva compañera de este, Rocío, la cual estaba obsesionada con que Mario seguía viéndose con su anterior novia.
Una fría y lluviosa noche de noviembre, Rocío creyó ver que en el teléfono móvil de su chico había entrado una solicitud de amistad enviada por Denisa. Eso causó en ella un ataque de celos que la enfureció hasta el extremo de hacer que Mario la llevase en su coche hasta la casa de Denisa en Alcorcón (Madrid), donde le asestó una cuchillada que acabó con su vida casi en el acto.
El puñal de los celos es un fiel relato de cómo la Policía logró aclarar el crimen en solo unas horas gracias a una insólita casualidad, lo que evitó que el homicidio probablemente hubiera quedado impune por falta de pistas. A lo largo del texto, el lector puede ir siguiendo el discurrir de las investigaciones judiciales y escuchar las voces de los sospechosos tanto en los interrogatorios como a lo largo de las sesiones del juicio, junto con una apasionante pugna jurídica entre los abogados defensores, los acusadores y la fiscalía.
El relato, además, es una fotografía viva de un grupo de jóvenes desclasados, sexualmente muy promiscuos y enganchados a la droga y a las redes sociales, que les sirven tanto para comunicarse como para verter serias amenazas de muerte. Y como telón de fondo, el atormentado sufrimiento de Daniela, la madre de la fallecida Denisa, marcada por un destino fatídico casi desde su infancia en Rumanía.